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Por Camila Sánchez Bolaños

Literatura y comida en 10 deliciosas escenas (Parte 1)



La vida está en los grandes momentos que te roban el aliento, para mi son las sonrisas de mis seres amados, el atardecer en aquella playa aún no descubierta por el turismo, los sabores de la comida hecha con el corazón y las lecturas que estimulan los cinco sentidos. En mi caso, los libros han sido el detonante de grandes experiencias. La lectura me ha forzado a cambiar el rumbo porque me ha abierto la mente para cuestionar la existencia. Hay libros contestatarios y feministas; los hay de aventuras y misterio; de autoyaduda y de historia; hay libros para todos los gustos, edades y personalidades. No importa lo que leas, los buenos libros otrorgan experiencias. A través de estos objetos míticos puedes revisitar esos atardeceres y recordar la mirada de tus seres amados. A tarvés de los libros puedes oler, mirar y saborear deliciosas comidas.

 Como bien dice C.S. Lewis, “comer y leer son dos placeres que combinan admirablemente”. Estás son las 10 escenas de comida en libros que me han hecho salivar con antojo:

1. Harry Potter y la Piedra Filosofal de J.K. Rowling

Desde mi adolescencia he saboreado los majestuosos festines de Howarts: pollo asado, chuletas de cerdo, salchichas, tocino y filetes, papas cocidas, asadas y fritas, pudín, guisantes, salsa de carne y cerveza de mantequilla. También muchos postres: helados de todos los gustos imaginables, tartas de manzana y ranas de chocolate. “—Eso tiene muy buen aspecto —dijo con tristeza el fantasma de la gola, observando a Harry mientras éste cortaba su filete. —¿No puede…? —No he comido desde hace unos cuatrocientos años — dijo el fantasma—. No lo necesito, por supuesto, pero uno lo echa de menos”.

2. Por el camino de Swann de Marcel Proust

La comida es un detonante de nuestros recuerdos. Así sucede a Marcel, protagonísta de El camino de Swan, cuando recuerda la mágica experiencia al comer una magdalena remojada en una taza de té tila que le dió su madre. “Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba. Convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres inofensivos y su brevedad ilusoria, de la misma manera que opera el amor, colmándome de una esencia preciosa”. Marcel Proust, con su prosa impecable describe el momento en que los olores y sabores nos arrebatan del presente para visitar el pasado.

3. Una habitación propia de Virginia Woolf

La obra cúspide en la que Woolf habla del feminismo, del oficio de la escritora en contraste con los escritores y de la importancia de que las mujeres tengamos un espacio propio en el que podamos ser libres e independientes. Así, contrario a los escritores de su tiempo, osa describir la comida que se sirvió en una fiesta en la Univversidad de Oxford: “el almuerzo en esa ocasión empezó con lenguados, servidos en un plato hondo, encima del cual el cocinero del college esparció una cubierta de salsa blanca, salvo que estaba marcada aquí y allá con manchas marrones como las manchas en los costados de una cierva”.

4. La campana de cristal de Syvia Plath

Todo lo relacionado a la comida en esta novela me recuerda a mi propia infancia, yo también a los nueva años “había cultivado un gusto apasionado por la vichyssoice y el cavviar”. Y aunque los efectos secundarios de este banquete no fueron favorables para la protagonísta, la escena es deliciosa y antojadisa: “Dispuestas en la mesa del banquete de Ladies’ Day había aguacates rellenos de cangrejos con mayonesa, fuentes de rosbif crudo y fiambre de pollo, y cada tanto un cuenco de cristal tallado rellendo a rebosar de caviar negro”.

5. Paradiso de José de Lezama Lima

El lenguaje que compone esta obra explora los placeres sensoriales, sobre todo, el deleite de la comida y la bebida. La entrañable Doña Augusta sirve un banquete familiar tan vasto y exquisito que incluso se ha acuñado el término lezamaniano cuando una mesa, de tan bien servida a los ojos y al paladar, nos hace sentir en el paraíso: “Doña Augusta destapó la sopera, donde humeaba una cuajada sopa de plátanos. Los he querido rejuvenecer a todos transportándolos a su primera niñez y para eso le he añadido a la sopa un poco de tapioca. Se sentirán niños y comenzarán a elogiarla, como si la descubrieran por primera vez…”. Alimentos para transformar, para sentir, para soñar…

CONOCE AL AUTOR

Camila Sánchez

Directora Editorial de Newsweek en Español

Les compartiré cada mes escenas de comida en libros que me han hecho salivar con antojo, ¡espero que las disfruten tanto como yo!

Hay libros contestatarios y feministas; los hay de aventuras y misterio; de autoayuda y de historia; hay libros para todos los gustos, edades y personalidades. No importa lo que leas, los buenos libros otorgan experiencias. A través de estos objetos míticos puedes revisitar esos atardeceres y recordar la mirada de tus seres amados. A través de los libros puedes oler, mirar y saborear deliciosas comidas.

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