Por Michelle Aubert
París como un local:
Delicias Culinarias y Rutas Clave

Cómo mexicana con París como mi segunda casa, quiero compartir una guía que considero indispensable. A través de más de 10 años en la industria de la moda, mis gustos han evolucionado hacia otros ámbitos como la gastronomía, arte, diseño y arquitectura. Se ha convertido en mi refugio, donde cada experiencia invita al asombro y descubrimiento.
Gastronomía y Drinks: 5 paradas obligatorias
Coup d’Œil (Distrito 11): Este rincón ofrece comida francesa tradicional con un giro especial. No te pierdas sus croquetas de ternera y pickles de zanahoria en mantequilla, son una delicia.
La Bagarre (Distrito 11): Su nombre, que significa «la pelea«, evoca el recuerdo de aquella vez que casi lucho por unos zapatos Dolce & Gabbana en descuento. Aquí, la cocina francesa se fusiona con sabores mexicanos gracias a su dueño, quien vivió en México durante varios años. Los tacos de pollo al grill son icónicos.
3. French Bastards: Aunque su nombre en inglés puede parecer irónico, sus postres y panes son espectaculares. No te puedes perder su pastel de mil hojas a la vainilla; es un placer culpable.
- Café Compagnon (Distrito 2): Este lugar destaca por su carta de vinos naturales. Sus ñoquis son tan irresistibles que una vez una chica me lanzó un beso al verme disfrutándolos, como si estuviera frente a un desfile de Chanel.
- Mobster Bar: Aquí probé el mejor cóctel verde de mi vida, hecho con Gin Dizzy Gillespie. Su color me recordó al icónico verde de una bolsa de Balenciaga que fue tendencia hace unos años.
Para complementar estas delicias, visita:
- El Museo de las Artes Decorativas.
- El Museo Rodin– una joya arquitectónica y visual.
- Atelier des Lumières para una experiencia inmersiva.
- Pasear por Le Marais y correr junto al Sena.
Y si extrañas México, no te pierdas los Tacos de la Candelaria en Le Marais, el cual esconde un speakeasy súper funky con excelentes cócteles.




CONOCE AL AUTOR
Michelle Aubert
Creativa innata cuya pasión por la moda la llevó a explorar otras ramas del arte, el diseño y la gastronomía, creando historias alrededor del mundo que han definido su estilo de vida.
Para Michelle, «el ojo que viaja genera conexiones, y aún más, el ojo que crea». Su capacidad para trasladar ideas y comunicarlas se ha convertido en un viaje en sí mismo. Esta filosofía se refleja en sus estrategias de comunicación, creando vínculos auténticos que constituyen la base de su enfoque en las relaciones públicas.